El 23 de noviembre de 1973 Uri Geller causó sensación entre el público inglés. Entonces tenía 27 años y era la primera vez que aparecía en la televisión: el día siguiente muchos estuvieron halbando de la increíble facilidad con la que el joven israelí conseguía doblar las cucharas o poner en hora los relojes utilizando los poderes de la mente.
Su talento genuino había convencido a los parapsicólogos, pero Geller se pasó el resto de los años 70 asediado por la prensa y teniendo que vérselas con expertos que le consideraban un impostor.
Finalmente se cansó, y se nogó a conceder entrevistas.
Trabajó después como zahorí para compañías mineras en busca de yacimientos petrolíferos y de metales preciosos, ganando mucho dinero.
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Uri Geller |
"La primera vez que me di cuenta de que tenía poderes insólitos, estaba sentado en la cocina y comía una crema de champiñones, y cuando me llevé la cuchara a la boca, empezó a doblarse hasta que se rompió por la mitad. Luego mi padre me regaló un reloj y me di cuenta de que podía mover las manecillas con la mente, incluso podía doblarlas bajo el cristal. Era capaz de adelantar o atrasar el reloj de la pared de mi clase, y además podía leer los pensamientos de mis compañeros.
¿De dónde cree que proceden sus poderes?
Mi madre desciende de la familia de Sigmund Freud-en realidad, me llamo Uri Geller Freud- y cree que he heredado los poderes de él. Hace poco descrubrí en una revista alemana, Esotérica, que Freud hacía experimentos de telepatía con Albert Einstein.
¿Ocurrió algo que hiciese desencadenar sus poderes?
No estoy seguro pero cuando tenía seis años y vivía en Tel Aviv, un soldado inglés disparó contra nuestra ventana. Los cristales me habrían dado en la cara si un osito de peluche, venido de no sé dónde , no me hubiera hecho de escudo. En otra ocasión, estaba jugando en el jardín cuando oí un extraño ruido en el cielo. Miré hacia arriba, una luz me cegó y me desmayé. A menudo me pregunto si esta luz no procedía de una inteligencia superior.
¿Una inteligencia extraterrestre?
Podría ser. Andrija Puharic, el científico que me llevó a América, cree que mis poderes tienen un origen extraterrestre. Yo no puedo cerrar totalmente la puerta a esta explicación. Sólo puedo decir que la probabilidad de que no sea así debe rondar el noventa por ciento.
Soy creyente, y sé que la creación es infinita y que en los espacios infinitos hay millones de estrellas y planetas. Debe. por tanto, existir algún tipo de vida inteligente. Es posible que algunos seres alienígenas se muevan por el espacio y tal vez alguno de ellos me ha dado estos poderes. La explicación más común, en cambio, es que provienen de mi mente, puede que la utilice más que la mayoría de las personas, que usan más o menos el diez por ciento.
¿Cómo fue descubierto señor Geller?
Creo que fue una coincidencia. Después de haber sido herido en la guerra de los seis días, empecé a trabajar como modelo. Un día doblé una llave para el fotógrafo y me invitó a una fiesta. Y las fiestas empezaron a ser cada vez más prestigiosas: a las de fotógrafos siguió la de los abogados, después la de los jueces, y los políticos. Una vez me encontré con Golda Meir, entonces primer ministro de Israel, y al día siguiente , cuando le preguntaron por el futuro de Israel respondió:"No me lo pregunten a mí, pregúntenle a Uri Geller". Fue el mayor golpe publicitario que he tenido en mi vida.
Empecé a presentarme en teatros; incluso con aforos de 3.000 o 10.000 personas se agotaban las entradas. Era increíble, parecía que Israel fuese víctima de una especie de histeria colectiva.
¿Cuándo fue contactado por la comunidad científica?
Andrija Puharic me vio durante una actuación y me dijo que lo que hacía era realmente increíble. Me presentó a Edgar Mitchell, un astronauta que había pisado la Luna, y a Hal Putholff y Russell Targ, del Stanford Research Institute (SRI). A principios de los setenta fui a Estados Unidos y me sometí a diversas pruebas en el SRI.
¿Qué dijeron de sus poderes?
Los consideraban auténticos. Escribieron sobre mí en la revista Nature, y las revistas más prestigiosas del mundo me consideraron un fenómeno genuino . En seguida empezaron los ataques: magos que insinuaban que utilizaba trucos, rayos láser, sustancias químicas...decían de todo en mi contra. No hice caso y no emprendí acciones legales contra ninguno. Pero cuando nacieron mis hijos me dije a mí mismo:"Un momento, ya está bien. No puedo permitir que se digan mentiras sobre mí", y llevé a los tribunales a los calumniadores. Todavía hay quien no cree en mis capacidades, pero son personas que no creen en nada.
Su crítico más implacable ha sido el mago James Randi...
No quiero hablar de Randi, sobre todo porque el asunto está en los tribunales. Entre los que me critican hay personas verdaderamente mezquinas, que no tienen ningunas ganas de comprender. Es un grupo reducido, y cada vez se hace más pequeño a medida que se reconocen como auténticos hechos paranormales y extraterrestres. La suya es una causa perdida. De todas formas, ahora estoy decidido a llevar ante el juez a cualquiera que me difame, porque tengo familia y debo proteger mi integridad y mi reputación.
¿Qué siente al ser continuamente acusado de fraude por algunos críticos?
Estoy hasta la coronilla. Me siento como si estuviera bajo un microscopio. En cierto momento dejé de presentarme en público y empecé a trabajar para compañías petrolíferas y mineras., utilizando mi capacidad para localizar yacimientos . Así me hice independiente y pude rechazar los trabajos que no deseaba hacer. Pero el dinero no es lo más importante, la salud es más importante. Te permite disponer de mejor calidad de vida, y te da la habilidad para poder decir en alguna ocasión: "no me interesa".
También quería recargarme espiritualmente. He estado en Japón, en el monte Fuji , un lugar muy espiritual. Debía intentar descubrir el sentido de mi vida, y me hice preguntas. ¿Quién soy?¿Qué propósito tiene mi vida?, ¿Hacía dónde voy?. En definitiva , he decidido concederme un respiro.
¿Cuáles son sus últimos proyectos?
Estoy realizando un trabajo reservado, pero positivo, para algunos eruditos. Ellos ya no tienen nada que controlar en mí.
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