En Octubre de 1989, una bomba de efecto retardado inició su tictac en Reston, a 16 km de Washington.
Apareció en forma de cien monos entregados a la Unidad de Cuarentena de Primates de Reston., un edificio de una sola planta propiedad de Hazleton Research Products, especializada en la importación de animales para la investigación médica.
Los monos habían hecho un largo viaje. En su hogar, en las selvas tropicales de las Filipinas, fueron enjaulados y enviados por aire a Amsterdam. De Amsterdam fueron remitidos al aeropuerto J.F.K. de Nueva York. En este aeropuerto, fueron trasladados a un camión y enviados a Reston.
HEMORRAGIA MORTAL
Al llegar a la unidad, dos de los monos estaban muertos. Esto no era anormal, algunos animales mueren por la fatiga del viaje. Sin embargo, los supervivientes pronto empezaron a parecer enfermos. El 1 de noviembre, otros 27 habían muerto desangrados.
El director de la unidad, Dan Dalgard, se inquietó. Los monos morían a razón de dos por día. Si se trataba de la fiebre hemorrágica de los simios (SHF), tenía un problema . Aunque no se transmite a los humanos, puede diezmar colonias enteras de monos.
El 2 de noviembre llegó otro envío de monos de Filipinas.
Dalgard tomó la precaución de alojar este envío en un lugar apartado varias habitaciones del lote infectado.
El 13 de noviembre, Dalgard practicó la autopsia de una de las víctimas y envió una muestra de bazo al Centro de Control de Enfermedades (CDC) de Atlanta, el instituto de investigación más importante del mundo de virus mortales. Necesitaba saber a qué se estaba enfrentando.
Cuatro días más tarde, en vista de que las muertes iban en aumento, Dalgard sacrificó todo el primer grupo de monos. Luego, el 25 de noviembre, el último envío empezó a morirse.
Además, dos cuidadores presentaron síntomas parecidos a la gripe.
El 27 de noviembre , el CDC tenía una respuesta para Dalgard. Parecía imposible, pero los monos estaban infectados con ebola.
Hasta entonces, esta enfermedad, que se creía que sólo se transmitía por contacto sanguíneo , había estado confinada en África, pero los monos procedían de Filipinas, y el lote también estaba infectado con ebola. Y , aparentemente, también los cuidadores.
TRANSMISIÓN AÉREA
De pronto, la situación tomó un tinte catastrófico. Este nuevo brote del ebola se transmitía por el aire y podía diseminarse con un estornudo: como la gripe y el resfriado común.
El CDC actuó rápidamente. Formó un equipo de defensa biológica con el Instituto de Investigaciones Médicas sobre Enfermedades Infecciosas del Ejército. Los cuidadores enfermos fueron aislados y el edificio de los monos fue sellado en medio del mayor secreto.
El equipo del ejército entró en él. Su objetivo era sacrificar, hacer la autopsia e incinerar todos los monos de su interior. Hicieron todo esto con éxito., excepto un susto cuando un mono escapó de su jaula: un mono hambriento puede dar un buen mordisco a través del traje de protección más robusto. Encontraron el ebola en cada espécimen.
Con el ebola suelto, el equipo del Ejército selló todas las aberturas al exterior. Restregaron paredes, suelos y techos con lejía y luego fumigaron todo el edificio con un gas desinfectante.
UNA CEPA INOCUA
Se pensó que Reston estaba a salvo. Pero el 12 de Enero de 1990 legaron más monos de Filipinas con la enfermedad. Esta vez , cerraron el edificio y dejaron que el virus hiciese su trabajo. Todos los monos murieron y el edificio fue declarado otra vez seguro.
Mientras tanto, los cuidadores se recuperaron por completo. Su sistema inmunitario había combatido con éxito la cepa Reston. El CDC averiguó que, al hacerse transmisible por el aire, el virus también se había hecho inocuo para el hombre.
Como probó el incidente de Reston, nuestra capacidad para tratar con estos virus mortales es inadecuada. Mutan rápidamente, y sin dar tiempo para crear ningún medicamento. Esperan encontrar un tratamiento contra el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)-nivel 2 de la escala de peligrosidad vírica-pero los científicos reconocen la imposibilidad de hallar una cura para el resfriado común, del nivel 1. Por tanto, ¿qué puede hacerse para combatir los virus del nivel 4?
EN BUSCA DE UNA CURACIÓN
En el Centro de Microbiología e Investigación Aplicada de Wiltshire (Gran Bretaña), el doctor Graham Lloyd, experto en ebola, dirige el equipo de "cowboys de las enfermedades". Están desarrollando un test para la determinación temprana del ebola.
Si la enfermedad puede diagnosticarse en sus primeras etapas, será posible aislar rápidamente a los afectados.
Para tener éxito , un parásito no debe destruir a su huésped. La extremada rapidez con que el ebola mata significa que sus víctimas tienden a desaparecer antes de que puedan desarrollar una epidemia. Ésta es la razón de por qué el VIH se ha esparcido por todo el mundo: los afectados tardan mucho en morir y el virus tiene más tiempo para avanzar.
Otro punto a nuestro favor es que los científicos han vencido a un virus del nivel 4. El virus de la viruela mató a millones de personas antes de que fueses derrotado por el desarrollo de una vacuna. Los científicos esperan encontrar vacunas similares para el ébola y sus parientes.
UN PROBLEMA CREADO POR EL HOMBRE
Irónicamente, la medicina moderna puede ser responsable de la difusión de estas enfermedades. No hay certidumbre de que los virus "emergentes" sean un fenómeno nuevo. Es posible que hayan permanecido ocultos durante millones de años, preparados para destruir antes de retirarse de nuevo a su entorno natural.
El factor emergente es nuestra complacencia en esparcirlos. A medida que aumenta la demanda de investigación, un creciente número de monos están sacando "nuevas" enfermedades de la selva. Buscando remedios contra antiguas enfermedades, es posible que quedemos expuestos a otras nuevas.
Hasta que se diagnosticó el ebola a los monos que murieron en Reston, nadie pensaba que el virus podía existir en el Sudeste asiático. Los científicos todavía se preguntan cómo llegó allí desde África.
DESASTRE INMINENTE
Sin embargo, el aspecto más inquietante de estos virus es su capacidad para mutar. El incidente de Reston demostró que si un virus de nivel 4 se convierte en transmisible por el aire, es casi imposible de controlarlo.
Afortunadamente, la cepa del ebola de Reston mutó a una forma inocua para el hombre. Pero ¿qué sucedería si el ebola Zaire, que mata a nueve de cada diez infectados, evolucionase a una cepa transmisible por el aire? Si esto coincidiera con un aumento del período de incubación- con lo que el huésped tardaría más en morir y tendría más tiempo para difundir el virus-, el indice de muertes sería enorme.
-¿Y qué sucedería si unos terroristas tuviesen acceso a estos virus? La secta de Shinriyku Aum, que liberó gas nervioso en el metro de Tokio en marzo de 1995, también estaba desarrollando armas biológicas. En el mismo mes Larry Harris, un biólogo de Aryan Nations, un grupo que defiende la supremacía de la raza blanca, fue arrestado por suministrar unas bacterias congeladas y deshidratadas que producen la peste bubónica.
Las hipótesis sobre qué podría suceder son tan variadas como terroríficas, pero es más probable morir debido a cualquier causa que a un virus de cuarto nivel. La malaria, el sarampión, la meningitis y el cáncer- que también pueden tener un origen vírico- son asesinos bastante más probables.
QUEDA POCO TIEMPO
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Tuberculosis |
Actualmente, los científicos están en plena carrera contra el tiempo para encontrar remedios contra estos nuevos asesinos , precisamente porque las "antiguas" enfermedades, como la tuberculosis y la malaria, se están haciendo resistentes a los antibióticos.
Estamos en la antesala de una crisis mundial de enfermedades infecciosas...Ningún país puede ignorar esta amenaza. (Doctor Hiroshi Nakajima) director general de la OMS (Organización Mundial de la Salud).
¿Matar o Curar? En Mayo de 1995, el ebola apareció en Kilwit, Zaire. Nicole, una enfermera del hospital local sucumbió al virus. Los médicos nigerianos deseaban aplicarle una transfusión sanguínea de uno de los pocos pacientes que se había recuperado de la enfermedad. Los médicos del CDC pensaban en el peligro que habría en la transfusión, por que la podría matar con casi toda seguridad.
Nicole sobrevivió como lo hicieron siete de los otros ocho pacientes que recibieron una transfusión. Sin embargo, los expertos del CDC dudan en declarar esto como una cura, porque la sangre transferida no se había filtrado para otras enfermedades y las transfusiones no se efectuaban bajo condiciones de laboratorio.
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sindrome_Stevens-Johnson, estafilococo áurea |
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