En un país en que los hechiceros son a menudo los que hacen cumplir las leyes y donde las ejecuciones son habituales, nadie puede decir con certeza si ocurren o no sacrificios humanos.
Pero no hay duda de que la magia negra, denominada "trabajo de mano izquierda", es practicada por varias sectas surgidas de diversas comunidades vudú. Estas sectas actúan bajo el más estricto secreto y son rechazadas por los practicantes de la corriente principal del vudú.
Las sectas más infames, el Bizango y el Cochon Gris, practican sacrificios humanos, invocan a los muertos para dañar a otros y convierten a las personas en zombis, como castigo contra comportamientos sociales incorrectos, como el adulterio o el robo de tierras.
En las partes más remotas de Haití, el vudú es muy poderoso, El párroco del pueblo de Wilfred Doricent, Péré Clude, dice que los haitianos son un 90% católicos, un 10% protestantes y un 100%vudús, y que casi todos creen en los zombies, aunque no les temen.
Lo que temen es convertirse en uno de ellos.
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